La naturaleza en Eslovaquia es tan desbordante que el color verde prevalece sobre el gris de las ciudades cuando miramos el país desde el satélite.
Dominando una parte del territorio los Cárpatos occidentales, con las Montañas Tatra y Mala Fatra como presumidas cordilleras que captan la atención de eslovacos y turistas.
Parques naturales
Eslovaquia cuenta con nueve parques nacionales: Altos Tatras, Nizke Tatry, Mala Fatra, Slovensky Raj, Pieniny, Poloniny, Veľká Fatra, Slovenský kras y Muranska planina.
Cuevas en Eslovaquia
El suelo kárstico de Eslovaquia está perforado por miles de cuevas (más de 6.200 contabilizadas), algunas de ellas entre las más bellas y sorprendentes de Europa.
Naturaleza salvaje
Eslovaquia es aún la reserva o ya casi oasis de algunos animales que hace centurias poblaban todo el continente. Linces, lobos, osos, caballos salvajes, castores o incluso bisontes habitan diferentes parques naturales del país, como el Poloniny National Park, en la frontera de Eslovaquia con Ucrania y Polonia. Bosques con árboles que ya han cumplido cientos de años hacen que Eslovaquia sea un pulmón natural para la vieja Europa.
Y mucho más….
Otros lugares son simplemente peculiares, como el Geyser Herlany, en la ciudad balneario del mismo nombre. En primavera llega a expulsar vapor hasta los cuarenta metros, en intervalos que van de 32 a 36 horas. En 1874 el agua erupcionó durante diez días seguidos superando los 112 metros de altura. Aún más extraño es que a diferencia de los gesyseres tradicionales cuya temperatura es muy elevada, Herlany es un geyser “templado”, con una oscilación entre 14-18°C . Esta rareza le hizo ostentar entre 1957 y 2006 el título o record de geyser másfrío de Europa.
O las “mágicas” aguas de Podhájska, que reciben a viajeros que han oído sobre sus cualidades beneficiosas, y a menudo se comparan con las del Mar Muerto.